Landscape architecture is a design discipline and a form of art. It is an art which grows, transforms,
dies and revives itself in engagement with the physical world. It needs, as a design discipline, to
engage with these multiple layers of the physical world to support healthy living, beauty, renewal
and even survival. The environmental and social benefits urban nature provides and relies on have
in recent times been redefined as ‘ecosystem services’. As part of this discourse, landscape design
is an art which is becoming all the more relevant for the physical world in the wake of escalating
population growth, urbanization and climate change. There are still however left-over voids of land
within our settlements that can become valuable for social, economic and environmental purposes.
The paper explores the possibility of using these for allotment community gardening through a case
study in Sunnyside, Pretoria. An abandoned stretch of land along the Walker Spruit served as a
model for testing the hypothesis of increasing food security and social capital through a design that
embraces urban ecology. The literature review provides numerous ideas and examples to substantiate
the rationale of the approach. Guerrilla Gardening is investigated as a response to recent concepts
of ecological justice and politics. The allotment culture is revisited as re-explored in recent times in
Britain, Canada and Switzerland. Subsequently the concept of green infrastructure is used to explore
the theory of a Continuous Productive Urban Landscape. The findings suggest that allotment culture
and permaculture can be ways of reconnecting people with urban nature. The design concept of the
‘three natures’, builds on this underlying idea and propose how it can become a physical reality.
As a result, a new identity that ties in with the original genius of place can unite two very distinct
neighbourhoods in the city: Clydesdale and Sunnyside East, while providing the required social and
biophysical services sustainably. The study upholds that as urban development continues to strive for
greater resilience in the future, community involvement can only be central to its vision.
La arquitectura de paisaje es una disciplina del diseño y también una forma de arte. Como arte
crece, se transforma, muere y revive en su compromiso con el medio físico. Pero necesita, como
disciplina del diseño, entramarse con las diferentes esferas del este medio físico para promover una
vida saludable, la riqueza estética, la renovación y hasta la sobrevivencia. Los beneficios ambientales
y sociales que la naturaleza urbana provee y en los que depende, se han definido últimamente como
‘servicios eco-sistémicos’. Como parte de esta postura, la arquitectura del paisaje cobra aún más
relevancia, considerando también el rápido crecimiento demográfico a nivel mundial, la urbanización
y los cambios climáticos. En nuestros centros urbanos conviven todavía espacios desarrollados con
áreas vacantes, estas últimas representan un valor potencial en el aspecto social, económico y como
servicios eco-sistémicos. Este artículo explora las posibilidades que estos espacios ofrecen para la
agricultura urbana comunitaria desde un caso específico en Sunnyside, Pretoria. Un terreno lineal en
desuso a lo largo del Walker spruit (pequeño curso de agua) sirve de modelo para analizar esta hipótesis
de incrementar la seguridad alimenticia y el bienestar social a través de un diseño comprometido
con la ecología urbana. El movimiento activista ‘Guerrilla Gardening’ (guerrilla jardinera), ha sido
investigado como respuesta a los últimos conceptos de justicia ecológica y política. La agricultura
urbana es revisada tal como ha sido reevaluada recientemente en Gran Bretaña, Canadá y Suiza.
A si mismo el concepto de infraestructura verde es usado para explorar la teoría de un Paisaje
Urbano Productivo y Continuo. Los resultados sugieren que la agricultura urbana y la permacultura pueden ser vehículos de reconexión entre la naturaleza y la gente. El concepto de diseño de las “tres
naturalezas”, se basa en esta idea y en cómo puede convertirse en una realidad física. Como resultado,
una nueva identidad en harmonía con el espíritu del lugar puede hermanar dos barrios diferentes de
la ciudad, Clydesdale y Sunnyside Este, a la vez que proveyendo los requeridos servicios sociales
y biofísicos sustentablemente. Este estudio defiende el hecho de que como el desarrollo urbano
continúa su búsqueda de mayor autonomía, en el futuro la participación de la comunidad solo puede
ser fundamental para este fin.